FICHA TÉCNICA
Director: Samuel Bayer
Guión: Wesley Strick, Eric Heisserer.
Título Original: A nightmare on Elm Street
Género: Terror
Origen: EE.UU.
Estreno España: 23 Julio 2010
SINOPSIS
Un grupo de jóvenes comparten un vínculo común: todos están siendo acechados por Freddy Krueger, un asesino desfigurado que los persigue en sus sueños.
CRÍTICA
Es probable que Michael Bay junto con Tom Cruise, Jennifer López, y compañía, sean a día de hoy el cáncer que corroe las entrañas de la industria cinematográfica. El director de "joyas" como La Isla y Transformers 2 lleva ya un tiempo produciendo remakes de clásicos del cine de terror de los 80. Si bien aquellas películas fueron víctimas de la década que les tocó vivir, al final acabaron sumergiendo a esos iconos terroríficos en las profundidades de lo previsible, convirtiendo las numerosas entregas de las sagas en auténticas comedias.
En las producciones de Michael Bay siguen el mismo camino, ya que los directores que elige cometen errores que los hacen víctimas de nuestra década, es decir, el terror adolescente. Tanto en la adaptación de Viernes 13 como en la de La Matanza de Texas o La Morada del Miedo, se zambullen de lleno en la mediocridad narrativa, dejando que las secuencias sangrientas y los efectos visuales como único aliciente.
Pesadilla en Elm Street es más de lo mismo. Terror adolescente mal dirigido, mal escrito y muy alejado del socarrón estilo Wes Craven, con personajes que se limitan a danzar sin sentido por una espiral de muerte y desmembramiento de lo más previsible. Aunque bien es cierto que la firma técnica, como en los otros remakes, es sobresaliente y quizás por eso guste a los fanáticos del terror menos experimentados.
Lo único a destacar del film es Jackie Earle Haley (Watchmen, Escudo Humano) que otorga una nueva perspectiva del legendario personaje encarnado por Robert Englund (Freddy Krueger). No es que lo haga mejor, simplemente es diferente. Con Haley el personaje de Krueger ha conseguido una cierta inocencia enmascarada, que hace de él un ser aun más inquietante y sádico. No obstante, se ha perdido el clásico humor negro, característico del personaje de Englund, pero se ha ganado en interés sobre las motivaciones del asesino.
Una gran interpretación, sin duda, de este actor ya de culto, sin embargo, su esfuerzo no consigue salvar la película de la mediocridad del terror de usar y tirar norteamericano.
PUNTUACIÓN: 4,7/10
CRÍTICA
Es probable que Michael Bay junto con Tom Cruise, Jennifer López, y compañía, sean a día de hoy el cáncer que corroe las entrañas de la industria cinematográfica. El director de "joyas" como La Isla y Transformers 2 lleva ya un tiempo produciendo remakes de clásicos del cine de terror de los 80. Si bien aquellas películas fueron víctimas de la década que les tocó vivir, al final acabaron sumergiendo a esos iconos terroríficos en las profundidades de lo previsible, convirtiendo las numerosas entregas de las sagas en auténticas comedias.
En las producciones de Michael Bay siguen el mismo camino, ya que los directores que elige cometen errores que los hacen víctimas de nuestra década, es decir, el terror adolescente. Tanto en la adaptación de Viernes 13 como en la de La Matanza de Texas o La Morada del Miedo, se zambullen de lleno en la mediocridad narrativa, dejando que las secuencias sangrientas y los efectos visuales como único aliciente.
Pesadilla en Elm Street es más de lo mismo. Terror adolescente mal dirigido, mal escrito y muy alejado del socarrón estilo Wes Craven, con personajes que se limitan a danzar sin sentido por una espiral de muerte y desmembramiento de lo más previsible. Aunque bien es cierto que la firma técnica, como en los otros remakes, es sobresaliente y quizás por eso guste a los fanáticos del terror menos experimentados.
Lo único a destacar del film es Jackie Earle Haley (Watchmen, Escudo Humano) que otorga una nueva perspectiva del legendario personaje encarnado por Robert Englund (Freddy Krueger). No es que lo haga mejor, simplemente es diferente. Con Haley el personaje de Krueger ha conseguido una cierta inocencia enmascarada, que hace de él un ser aun más inquietante y sádico. No obstante, se ha perdido el clásico humor negro, característico del personaje de Englund, pero se ha ganado en interés sobre las motivaciones del asesino.
Una gran interpretación, sin duda, de este actor ya de culto, sin embargo, su esfuerzo no consigue salvar la película de la mediocridad del terror de usar y tirar norteamericano.
PUNTUACIÓN: 4,7/10
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